En el artículo "La educación como industria del deseo" Joan Ferrés nos habla de que las personas se mueven fundamentalmente por deseos. Trata de comparar la denominada industria del deseo con el sistema educativo, entre los cuales no parece haber demasiadas similitudes, ya que este se preocupa mucho más por los contenidos, pero apenas ninguna por el proceso empleado para adquirirlos, y sobre todo por la motivación de los alumnos por aprender.
En el caso de la publicidad, podemos decir que consigue establecer múltiples relaciones con el receptor gracias a las emociones. Se trata de un sistema que produce bienes con el objetivo de que los consumidores sientan atracción por ellos, ya que de lo contrario, de nada serviría producir bienes que nadie desea consumir. Los publicitarios consiguen ser excelentes creadores de deseos en la medidad en que consiguen que productos aparentemente sin importancia, se conviertan en algo completamente imprescindible para los consumidores.
En el caso del sistema educativo, la estructura es similar pero no lo es para nada el resultado. Lo sprofesores tienen infinidad de "productos" en forma de conocimientos, pero que son considerados por los "consumidores" (alumnos) como algo completamente prescindible. No tienen ningún deseo ni motivación para adquirirlos. La cuestión principal radica en averiguar de quién es la culpa, qué es lo que están haciendo mal para que se de esta situación.
El artículo cotiúa explicando como la neurociencia afima que junto con el deseo, el ser humano suele actuar de alguna manera determinada como consecuencia del miedo. El miedo es una de las causas que podrían justificar el fracaso escolar. Ante ellos los educadores han adquirido actitudes cada vez más permisivas, pero sin embargo no se han visto compensadas por un aumento en el deseo de los alumnos por aprender. Algo que no ha ocurrido en el caso de la industria del deseo, ya que las marcas sí han conseguido generar un sentimiento de afecto por parte de los consumidores.
En el caso del sistema educativo, la estructura es similar pero no lo es para nada el resultado. Lo sprofesores tienen infinidad de "productos" en forma de conocimientos, pero que son considerados por los "consumidores" (alumnos) como algo completamente prescindible. No tienen ningún deseo ni motivación para adquirirlos. La cuestión principal radica en averiguar de quién es la culpa, qué es lo que están haciendo mal para que se de esta situación.
El artículo cotiúa explicando como la neurociencia afima que junto con el deseo, el ser humano suele actuar de alguna manera determinada como consecuencia del miedo. El miedo es una de las causas que podrían justificar el fracaso escolar. Ante ellos los educadores han adquirido actitudes cada vez más permisivas, pero sin embargo no se han visto compensadas por un aumento en el deseo de los alumnos por aprender. Algo que no ha ocurrido en el caso de la industria del deseo, ya que las marcas sí han conseguido generar un sentimiento de afecto por parte de los consumidores.
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